Por Fernando Cabrera
En una mañana sabatina de pandemia, he recibido el tercer número, de la segunda época editorial, de la Revista Exégesis, correspondiente al otoño de 2019, y la entrañable encomienda de su lectura me ha servido como vacuna contra la desesperanza. Su treintena de textos transdisciplinarios y diversos como la vida, distribuidos en cinco secciones paradigmática perfumadas con titulaciones de exótico grecolatinismo (a saber: poiésis, exégesis, lectorum y dossier), han actuados como anticuerpos, más efectivos que los de las vacunas contra el COVID-19, en defensa de mi integridad, al fortalecer mi fe en las ciencias y las humanidades como herramientas indispensables para construir materialidades y solidaridades, con razones del corazón e intuiciones del cerebro, de cara a un perenne porvenir tan excitante como incierto.
No puedo estar más satisfecho con la
excelente selección hecha para la sección POIESIS. Se trata de poemas recientes
de los escritores dominicanos Manuel García Cartagena y Plinio Chahín, dignos
representantes de la Generación de los Ochenta. Escribe uno desde la diáspora
en Estados Unidos y el otro desde el litoral Caribe que baña tanto a Santo
Domingo como San Juan. En los versos del primero late la multiculturalidad, la
necesidad de que el mundo se acepte diverso, o mejor, mestizo, mulato,
escenario de conjunción del YO y el OTRO en un solidario Nosotros. Plinio
muestra en fragmentaciones que aspiran la unidad de
un solo canto, conciencias danzantes y sensibilidades erotizadas; más que los
mundos en si mismos, seduce al poeta, la estela que dejan en sus movimientos.
La sección homónima de la revista,
Exegesis, procura textos que extraen significados del mundo. Los intelectuales
puertorriqueños José Carlos Arroyo Muñoz y Michael González Cruz, con sendos
ensayos sobre temas ideológicos necesariamente impregnados de las
circunstancias políticas, aspiraciones justas y sueños rotos de que están
hechas las utopías. Ferdinand Álvarez, con una historiografía indígena
recuperada de manos de otros investigadores dolientes, procura mostrar la cara
auténtica, aldeana igualitaria, de los primeros habitantes de las Antillas, desdibujada
por las narraciones eurocéntricas oficializadas. José Muratti Toro nos adentra
por el subyugante universo creativo de la historiadora estadounidense Barbara
Tuchman; destacando su extraordinaria habilidad para fundir en un mismo plano
textual realidad y ficción, verdad y verosimilitud. Nos ofrece claves indispensables para
entender libros de historia que se leen como novelas, textos narrativos lúdicos
que beben a saciedad del devenir del mundo hasta convertirse en referentes bibliográficos primarios, indiferentes al
riesgo del rechazo tanto del prurito de historiadores como del celo de
novelistas convencionales.
La preocupación académica toma cuerpo de
manos de Ángel Noé Vega y Maximiliano Guzmán. El primero acerca al lector a
teorías metodológicas para la aprehensión del mundo, para la adquisición de
conocimientos; en tanto el segundo, alerta sobre las consecuencia de que burócratas,
desde posiciones ideológicas coyunturales, determinen, desde indicadores
estrictamente financieros, insensibles a intangibles vitales, apliquen
políticas públicas que afectan instituciones que, como la Universidad de Puerto
Rico (UPR) constituyen bienes públicos inalienables, garantes de la democracia
mediante una educación de calidad accesible a todos los ciudadanos.
Contrario a los fanatismos que a propósito crean exclusiones, un espacio vital de aspiraciones holísticas como Exegesis no puede estar ajeno a las doctrinas. Bueno, el texto de Luis Mojica Sandoz no es precisamente el mejor ejemplo de religiosidad. Ya la invocación a Pirrón de Elis, el filósofo griego fundador del escepticismo, en el contexto de una plaza para creyentes construida próximo al Capitolio, ofrece suficiente caldo de cultivo para el recelo. Su artículo versa sobre el populismo religioso de los políticos, de los ilegítimos dilapidadores de erarios, que a falta de linajes monárquicos procuran legitimar sus indelicadezas mediante vinculaciones terrenales, a través de autoridades sacerdotales, con la divinidad.
Marco Antolín nos introduce en los
avatares de la ignominiosa Guerra Civil Española a través de los versos de un
afrodescendiente oriundo de Alabama, el racista estado sureño en el cual,
deportivamente, según Harper Lee, se mataba ruiseñores. Nos cuenta como
Langston Huge, al realizar crónicas de sus hermanas de raza participantes en
las Brigadas Internacionales, se hizo celebre por cantar bajo el silbido de las
balas de un lluvioso día de 1937 sus saudades por la amada lejana, su dilema de
posponer “la intensidad de sus sentimientos afectivos y su sentido de
obligación para combatir al enemigo que limitaba sus derechos y libertades. En
tanto, Nicole Bonino, nos brinda una mirada transoceánica en torno a la
migración italiana a la Argentina, tomando como referente a Edmondo de Amicis,
especialmente a la novela Sull’ Oceano de publicada en 1890. Bonino
destaca la relevancia del océano Atlántico, a partir de aspectos historiográficos
y metafóricos, como un imprescindible archivo de la memoria humana. El analista
refiere, que en esta novela, el autor presenta la vocación imperial italiana,
de lograr expansión territorial y cultural.
Ligia Estela Machado Pardo se aventura por
el mágico universo creado por Gabriel García Márquez, siempre atento a las
realidades sociopolíticas y culturales de Colombia, el Caribe y
Latinoamérica. Destaca su sensibilidad
social, su compromiso con las revoluciones, especialmente con la cubana; pero
resalta, además su falta de vocación y formación política imprescindible para
las acciones reivindicativas. Ligia nos recuerda que Márquez uso el recurso que
le dio fama universal, la palabra, para criticar oportunamente la insoportable
e injusta soledad centenaria de América Latina.
Las imágenes que Exégesis contiene en los
artículos de su sección homónima, surgen como de un postmoderno caleidoscopio.
Tal es la diversidad temática, pluralidad conceptual y las múltiples dicotomías
en venturoso azar. Con visible
entusiasmo, Silvia M. Casillas Olivieri propone un entrañable retrato de Esther
Noemí Arroyo Hernández, doctora responsable de traer al mundo, entre 1959 y
1970, generaciones de ciudadanos de Humacao, sustituyendo, con una responsable
práctica biomédica, los bien intencionado e invaluables servicios de las
comadronas del pueblo.
Del ámbito de la salud, Exégesis, de manos
de Elwood Ruiz Maldonado, salta al impersonal pero imprescindible mundo de las
telecomunicaciones y las virtualidades. Nos comparte la utopía robótica de una
sociedad virtualizada, tipo la película Matriz, con la integración en
tiempo real y sin fronteras de todo tipo de dispositivos electrónicos para un
uso provechoso y eficiente de la información en todos los campos: sociales,
económicos, académicos, salubristas, industriales, etcétera. El siguiente salto
es planetario. Abraham Ruiz y William Bruckman alertan a los lectores de la
condición cósmica de la Tierra que la hace pasible de impactos meteóricos
terribles, como el causante de la desaparición de los dinosaurios, pero sobre
todo de otros de menor intensidad, pero de mayor frecuencia. Se concentra en los bólidos con diámetros de
100 metros o más y energía en el rango de 100 MT, que generan devastación y
extinción local. Proponen un modelo de análisis de probabilidad de impacto en
la tierra a partir del “flujo” de cráteres lunares en el tiempo. Finalmente, del campo de las devastaciones
teóricas, diez analistas de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, adentran al
lector por los terribles efectos de María, ciclón categoría 5 que, en
septiembre de 2017, devastó el Caribe nororiental, a saber: Dominica, las Islas
Vírgenes y Puerto Rico, especialmente en la fauna y flora del campus
universitario. Los investigadores presentan un inventario histórico de la
vegetación natural para destacar los esfuerzos de reforestación de las especies
arbóreas afectadas, y refieren la necesidad de documentar la relación de estas
con las aves que frecuentan el espacio.
La tercera sección, Lectorum, contiene
reseñas y artículos breves que testimonian miradas cómplices. Así, Daniel
Torrez Rodríguez refiere recuerdos, memorias y posmemorias de las poetas
puertorriqueñas Dinorah Cortes-Vélez y Lourdes Vásquez. La primera, desde un
imaginario gélido, en las continentales en sus Poemas de la Soledad de Wisconsin,
rememora en versos bilingües la calidez tropical desde la perspectiva de una
nostalgia que siempre traiciona, mejorando el paisaje lejano y todo tiempo
pasado. La segunda, Lourdes Vásquez, en su poemario El atardecer de los
planetas azules, según el articulista, también entrega versos atados a recuerdos,
reflexionando sobre el paso implacable del tiempo. Esthel Goldman en su obra De
los peces de la sed, en apelaciones a voces francesas y latinoamericanas,
al ofrecer textos lógicos-poéticos que van desde lo simbólico a lo barroco en
su reconstrucción de experiencias de la infancia. Asimismo, José Lee Borges nos
adentra en el pensamiento crítico del catedrático Amílcar Cintrón Aiguilú en su
obra El temor de los imperios, quien desde una perspectiva de defensa de
la insularidad procura analizar a “profundidad las políticas implantadas en
Puerto Rico durante la década de 1950.” María Mínguez Arias ofrece una breve
reseña de la novela Caléndula de la escritora dominicana Kianny Antigua,
que en sintetizado y fragmentado lenguaje coloquial aborda el germen
caudillista que pervive en la mentalidad de muchos políticos criollos. Está
sección se cierra con un atisbo de la narrativa colombiana reciente a partir de
las novelas de evocación y reflexión social de Benhur Sánchez Suárez a través
de un interesante artículo escrito por el investigador y docente Felix Ramiro
Lozada Ramírez.
La revista Exégesis cierra con un dossier
de casi ochenta páginas dedicado a conmemorar el centenario del escritor
oriundo de Arecibo René Marqués García en los principales espacios
universitarios de Puerto Rico, celebrado del 15 al 17 de octubre del 2019,
organizado por el Departamento de Estudios Hispánicos de la UPR. El dossier recoge las aproximaciones críticas
de los académicos participantes: Jerry Torres Santiago: “La mirada arquitectónica
de René Marqués”, José Anazagasty Rodríguez: “La objetividad como refugio de
los dóciles y su crítica a las ciencias sociales puertorriqueña.”, Iliaris
Alejandra Avilés Ortíz: “Juan Bobo y el ‘intelectual orgánico’: René Marqués y
Antonio Gramsci en contrapunto”, Miriam Colón Pizarro: “Operación Cine Nuevo:
René Márqués y la peripecias del cine nacional.”, José Emilio “Chemi” González
Matos: “Mirándonos en el cine: apuntes sobre los casos de la DIVEDCO e
Ignacio.”, Mary Leonard: “De la DIVEDCO al documentar contemporáneo en Puerto
Rico.”, Elba Torres Cruz: “Sentido y significación de los condenados, drama de
René Marqués.”, Roberto Echevarría Marín: “Estructuras de sentimientos en la narrativa
de René Marqués.”, y Efraín Barradas: “La víspera del macho: autocrítica y
relectura.” En fin, un extraordinario
recorrido que justiprecia las muchas facetas del pensamiento crítico y creativo
de un autor comprometido con la identidad cultural y política de la isla,
siempre preocupado por romper los forzados vínculos neocolonialistas. Los
académicos nos llevan de la mano por senderos que van desde la síntesis
narrativa, al ensayo idiosincrático, a la espectacularidad dramática concebidas
para las tablas y el celuloide, de quien es, sin dudas, uno de los principales
escritores puertorriqueños del siglo XX.
Después de una mirada atenta a la revista
Exégesis confirmo con satisfacción que los ensayos, artículos y reseñas que
contiene, cumplen satisfactoriamente la doble función de formar y entretener,
al ser concebidos respetando los requisitos de los “papers” académicos propios
de las revistas indexadas. Si aún no aparece incluida en las bases de datos de
consulta mundial, es justo hacer el esfuerzo, defendiendo, eso sí, que los
necesarios tecnicismos de indexación no maten la naturalidad, el morbo y la
incorrección tan atractivos para lectores ávidos de mirar al mundo en la
plenitud de sus sombras y luces. Me he deleitado en la diversidad y pluralidad
de Exégesis. No hay nada más perdurable que el placer culposo de la razón
plena.
©FernandoCabrera