domingo, 1 de diciembre de 2024

Resonancias, en los sesenta años del Banco Popular Dominicano

El maestro José Antonio Molina y la Orquesta Sinfónica Nacional

Por Fernando Cabrera

El pasado jueves 26 de noviembre, el Banco Popular Dominicano nos convocó en el Gran Teatro del Cibao para celebrar sus seis décadas de existencia. Por eso, elegantemente ataviados para la ocasión, no nos amilanamos con la lluvia que amenazaba la tarde otoñal ni con los inconvenientes de una ciudad en plena transformación vial, en la que los pilares de monorrieles y teleféricos a medio construir nos acercan a la modernidad. Llegamos temprano y, después de que los diligentes «valet parking» y el numeroso personal de servicios que esperaban en una colosal y elegante carpa situada en la parte frontal, con vistas al monumento a los héroes de la Restauración, nos atendieran, disfrutamos de un variado menú de entrantes y exquisitos vinos durante dos horas. No hace falta decir que afloraron a borbotones las anécdotas y experiencias en torno a la trayectoria y el impacto en el desarrollo económico nacional de la prestigiosa institución anfitriona.


Svethania Gómez, Demian Reynoso y asistentes al evento

Esta fue la primera parte de un extraordinario programa con el que sus representantes agradecían a su ciudad de origen el respaldo ofrecido durante sesenta años, desde su fundación como primer banco de capital privado nacional y el más importante en la actualidad. El momento culminante de la celebración fue el extraordinario concierto programado en la Sala de la Restauración, decorada con majestuosas alfombras en su vestíbulo, con confortables asientos rojos y una acústica excepcional. Cabe destacar que las condiciones actuales de este gran teatro son inmejorables.

Más de mil santiagueros tuvimos el privilegio de asistir a un extraordinario concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica Nacional, integrada por casi un centenar de músicos, entre titulares e invitados, y dirigida magistralmente por José Antonio Molina. La obra escogida para la ocasión fue la Sinfonía n.º 5 en do sostenido menor, del compositor y director de orquesta alemán de origen eslavo y descendencia judía Gustav Mahler. La representación contó con una orquestación ampulosa propia de la música romántica, perfilada originalmente por Beethoven en su homónima, integrada por los siguientes instrumentos: Flautas, corno inglés, clarinetes, piccolo, oboes, fagotes, contrafagot, trompas, trompetas, trombones, tuba, timbales, percusión (bombo, platillos, campanas tubulares, timbales, bombo, platillos, triángulo), violas, violines, violonchelos, contrabajo y arpa.

Tuvimos el privilegio de asistir a una interpretación artística magnífica, simplemente perfecta. Desde los primeros arpegios, la sala se llenó de resonancias fabulosas que, aún sin una cultura musical profunda, recordaban a la mayoría las grandes realizaciones de bandas sonoras cinematográficas, especialmente a las de John Williams para La guerra de las galaxias y Tiburón, y a las de Ennio Morricone, especialmente las de la saga de Harry Potter. También se notaban las producciones animadas de Walt Disney, que afortunadamente recurrían al universo sonoro de compositores clásicos, empezando por Beethoven, pero también Hector Berlioz, Sebastián Bach, Antonín Dvořák, Gustav Holst, Pyotr Tchaikovsky, Claude Debussy, Richard Wagner, Richard Strauss y, evidentemente, Gustav Mahler, para dar vida a sus imaginarios traviesos y fantásticos.

Lo cierto es que esta extraordinaria Sinfonía n.º 5 nos sumergió en un rico universo plagado de entrañables notas y variaciones, necesariamente relacionado con la obra homónima de Beethoven, de quien Mahler fue un admirador y estudioso, pero también con figuras atrevidas y novedosas. Como principal autoridad musical de Viena, Gustav Mahler apoyó a varios talentos emergentes y dejó en ellos una profunda influencia, entre ellos Alban Berg, Arnold Schoenberg, Erich Wolfgang Korngold, Anton Webern y Max Steiner, así como muchos otros que lo consideran el padre espiritual de la música vanguardista dodecafónica.

La Sinfonía n.º 5 de Gustav Mahler está compuesta por una música estructurada y completamente programada para crear imágenes en el auditorio, con secuencias heroicas, pastoriles, suaves o caóticas, rápidas o lentas, que invitan a recrear escenas en la imaginación. Utiliza instrumentos de viento y madera para describir estampas idílicas y situaciones campestres bondadosas, mientras que otros instrumentos como cornos, trombones y percusión estallan en desenlaces épicos y espléndidos. Asimismo, las cuerdas vibran rápidamente, como moscas, provocando e incitando, actuando como villanas, pero también dilatándose en las notas largas, conmoviendo e invitando al sosiego y a la piedad. Precisamente esta posibilidad de canalizar situaciones y emociones mediante secuencias tonales intuidas por el público es lo que hace que este tipo de sinfonía resulte tan atractiva para los audiovisuales, para el cine.


En pleno, la Orquesta Sinfónica Nacional en el Gran Teatro del Cibao

Asistimos asombrados a un espectáculo dialógico, en el que los sonidos fueron organizados estéticamente con el propósito de involucrar emocionalmente a todos los participantes del drama sonoro: los instrumentistas, el director y el público. Cada virtuoso, con su instrumento, armonizaba con su propio coro y entablaba una conversación con los demás instrumentos, entrando en conflicto y encaminándose hacia desenlaces parciales y nuevos comienzos, bajo la mirada celosa del director. Las tres partes y sus cinco movimientos propusieron conversaciones pasivas y activas, siempre deslumbrantes.

El maestro José Antonio Molina logró intimar con el compositor y director Gustav Mahler, algo que se puso de manifiesto en la afinidad histriónica, en su facilidad para conducir nuestra Orquesta Sinfónica de la alegría a la tristeza, del sosiego al drama y a la furia, y de la perplejidad y el desconcierto a otros instantes. Lució inmenso en la fabulosa tarea de armonizar todas esas voces instrumentales, todos esos temperamentos, haciendo sutiles y sublimes las secuencias lentas hasta el dolor, hasta el silencio, y, con todo el histrionismo del genio, puntualizar, subrayar, acoplar y dinamitar al unísono, y hasta el paroxismo, cada una de las propuestas melódicas. Nos deleitamos viéndolo danzar, aferrado a su batuta, contagiando de vitalidad y sensibilidad a cada uno de los virtuosos, hasta ofrecernos un discurso perfectamente armonizado, bello, memorable y formidable.

Gracias a la familia Grullón, a los ejecutivos y al personal del Banco Popular Dominicano por escoger una forma tan extraordinaria de celebrar sus sesenta años, por regalarnos a los santiagueros estas entrañables memorias que sincronizan con belleza los sonidos y los silencios.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Invisible: alegorías visuales neobarrocas

Exposición Invisible

Por Fernando Cabrera

Invisible. Nunca mejor palabra para nombrar lo que se intuye. Ese vocablo asegura que algo está, pero que, más allá de la seguridad del roce, inspira sospecha por su condición de inasible e inalcanzable. Nos hace intuir aquello que sin duda existe, impregna, acaricia y también hiere, aunque jamás es percibido por los ojos. Habla de ausencia y presencia. De lo que es y no es, pero no deja indiferente.

Gina Rodríguez estuvo así, invisible, hasta su llamada, aunque sabía que persistía en perseguir unicornios y sueños de colores, contagiando su capacidad de asombro. Me sorprendió su invitación, pero accedí a respaldar su esfuerzo por conquistar la sensibilidad de una sociedad que suele ser indiferente. Así que el 16 de julio acudí al Museo de Arte Contemporáneo para contemplar los nuevos frutos de su febril imaginación y dejarme atrapar por el vendaval en espiral de su abigarrado discurso. Vi sus obras en absoluta soledad. En fin, aquí están las palabras prometidas, en las que abordo su paradoja de visibilizar creativamente lo invisible.

Misterio insondable del Ser

En “Misterio insondable del ser”, primera obra observada, se entremezclan superficies terrosas y planos de materia superpuesta en mosaicos de luces degradadas. Altos y bajos relieves sirven de soportes combinados de una vertiginosa espiral que alegoriza el paso del tiempo a través de la infinitud del universo. En tanto, “Infalible destino”, la obra situada al lado, muestra una agresiva tridimensionalidad metálica que delimita unos ojos impasibles. La obra nos hace evocar la escena de violencia y resignación con la que Buñuel y Dalí iniciaron Un perro andaluz. El cinéfilo jamás olvidará su estupor al ver cómo un ojo amado es atravesado por una navaja. Quien mire este cuadro tampoco olvidará unos dientes metálicos que parecen estar ahí para atraparnos en una crueldad inevitable. En esta obra, la materia atrapada en su finitud nos advierte sobre el destino inexorable de la muerte.

Infalible destino

“Isla metálica” presenta un profundo contraste de materiales, especialmente piedras y arenisca. En el centro, una luz de blanco puro representa una isla rodeada de tierra. Quizá todo lo pintado alegoriza el sinsentido de la existencia o, mejor aún, constituye un grito por la conciencia de existir en un universo absurdo. 

Isla metálica

“Voces de lo invisible”, obra casi homónima de la exposición, plantea un rompecabezas, aquel juego infantil que se usa para adivinar palabras. Se trata de superficies engrapadas, cubiertas de miradas, espirales y presencias fantasmales que aspiran a lo esencial, que muestran cosas por resolver y que, sin importar si se mueven o no las piezas, no llevarán a un conocimiento real, sino a dudas, expectativas, aspectos por solucionar y cosas que la divinidad, con su capacidad de estar en todas partes y en todos los tiempos, acaso pudiera organizar adecuadamente si así lo quisiera.

Voces de lo invisible

“Jaque al Caribe”, con planos romboides espejeados a partir de una mancha naranja intensa muestra los rasgos étnicos tripartitos preponderantes, el mestizaje característico de este archipiélago cantado por Pedro Mir. 

Jaque al Caribe

Este tema se evoca nuevamente en “Dimensiones ancestrales del Caribe”, donde, sobre un terroso fondo metálico, cuatro círculos cinéticos muestran perspectivas distintas, quizá como alegoría de la diversidad y el sincretismo de nuestras islas. 



Junto a estos atisbos de identidad, se exhibe “Prepara la maleta”, compuesta por maletas de diferentes dimensiones, planas y tridimensionales, que simbolizan aspiraciones a una vida mejor, cercanas al primer mundo. Hay maletas que han salido del marco y que invitan a partir hacia alguna parte, aun sin la certeza de que lo que espera es mejor.

Prepara la maleta

Con la intención de situar a los seres en su espacialidad, en la cárcel que son las dimensiones, obras como “Todos a la vez en todas partes”, proponen ventanas planas, pero tridimensionalmente abiertas, incluso con sombras proyectadas en la pared a partir de las luces colocadas en el montaje museográfico. 

Todos a la vez en todas partes

De forma similar, en “El muro, una parte del todo” se muestra un ladrillo dentro de una pared, dentro de un cuadrado enmarcado por otro cuadro y así hasta el infinito. Hay ojos por doquier, espirales que son ojos y viceversa. Por primera vez, aparecen manchas verdosas que recuerdan la naturaleza vegetal en medio de tanta tierra, del polvo de estrellas del que estamos hechos. 

Una parte del todo

En igual tónica, en “Aguas efímeras de lo irremediablemente eterno”, definida por un borde ovalado de cartón sobre un marco negro cuadrado, abundan las perforaciones. Unas circulares como pupilas, son negras y llenas; algunas transparentes y otras volumétricas, hechas con fibras de madera o plásticos, donde se asienta el vacío, el tiempo o el agua primigenia y sapiencial. Son veinticinco ojos seriados expuestos en un metro cuadrado de cotidianidad.

Aguas efímeras de lo irremediable eterno 

En esta exposición, es evidente la intención de acercar la creación visual al lenguaje de la poesía, pues los títulos apelan a la figuración verbal, a versos que, como los de Manuel de Cabral o José Mármol, hacen pensar. En este sentido, “Negro tras la oreja”, que rememora las décimas espinelas escritas por Juan Antonio Alix en 1880, propone trazos verticales que evocan las cañas de azúcar cortadas por los esclavos que hicieron obscenamente ricos a los europeos.

Negro tras la oreja

Hay ventanas incomunicadas por doquier, en una arriesgada composición en la que, en el centro, aparece una gran oreja tridimensional sobre una pupila acuosa, quizá pletórica de sudor y lágrimas. Otra vinculación entre palabra y pintura se encuentra en la obra Yelidá, homónima del poemario de Tomás Hernández Franco, en ventanas en las que se bocetan rostros mulatos son delineadas con diferentes grafías y letras. Se trata de una Yelidá infinita en su mestizaje, cuyo vientre alberga un origen singular. Lejos de los prejuicios asociados al semen europeo y al óvulo africano, y más allá de la supremacía blanca y negra, surge otra aún más determinante: la resultante de la combinación de lo mejor de ambas. Otra pintura con aroma literario es “Macondo” donde una grafía de trazos sueltos y materias abigarradas nos remite al imaginario selvático y amazónico de Márquez.

Yelidá

El cuadro “El eterno retorno de las cosas” presenta una espiral estructurada que alegoriza la esencia mulata. Perfila un laberinto que sugiere una historia cíclica. Hay muchas interrogantes en estos discursos visuales, algunas relacionadas con la esclavitud, la explotación y, tal vez, el neocolonialismo. Lo identitario también emerge en el uso del término criollo “brechador”, que da nombre a una de las obras. Esta tiene un aspecto peculiar que alcanza lo ontológico. A nivel visual, destaca una estrella sobre una tela segmentada y acuchillada, acaso como grafía característica de la agresividad del presente. ¿Qué muestra de forma disimulada en esta composición? Pues la eternidad. La paleta de colores sigue siendo ocre, pero ahora con una marcada persistencia del naranja y otros tonos rojizos que no transmiten paz, sino asedio.

“Espiral sagrada” contiene un espacio vacío que, paradójicamente, está atiborrado de intensa materia oscura, nebulosas y espirales galácticas. Muestra la desintegración, el regreso al origen o la expansión tras el Big Bang, o todas ellas a la vez: la energía explosiva de las estrellas fluye. Con igual desacralización, en La divina indiferencia emerge un plano cósmico oscuro donde una sustancia orgánica fluye como un gusano en oasis poblados de significados, representada con pinceladas agresivas que hacen que el material acartonado se hinche y se hunda, tal vez en representación de la curvatura del espacio-tiempo intuida por Albert Einstein.

Espiral sagrada

En “Infinito coraje”, una serpiente se dobla sobre sí misma y se traga la cola. Hay mucha materia: arcilla, papel de traza, cartón. Se utilizan los mismos colores terrosos y el negro se aplica con total libertad. Este catártico arrastre es, quizá, el del individuo atrapado en un espacio y una vida que nunca pidió. “Fibonasis” da testimonio de la investigación hecha por la artista. Obviamente, ella es consciente de la magia de la composición que nos ha legado la naturaleza, esa clave que se encuentra en las caracolas y que resuena en todas partes. Esta vez, la naturaleza plasmada es sombría, pues alude a la conciencia de la propia existencia, presa del dolor y el temor por un triste futuro.

Fibonasis

“Cámara de la vida” es una pieza extraña. Muestra una suerte de rostro alienígena en el que un tercer ojo actúa como portal a dimensiones desconocidas. Complementa la composición una vieja cámara de alimentación cilíndrica, de las que alimentaban nuestra fantasía infantil, colocada fuera de contexto. El conjunto evoca una erupción de sangre, estrellas, nebulosas, gases y ojos que miran al infinito. Una gran espiral muestra la presencia y la ausencia humanas. Hay vida latente y muerte silenciosa. En definitiva, lo infalible reina en ella, siempre en un tono angustioso y terrible.

La cámara de la vida

Aunque la mayoría son abstractas, también hay obras con figuraciones realistas, expresionistas. Es el caso de “Un corazón tendido al sol”, cuyo centro lo ocupa un relieve de cajas contiguas, una de las cuales contiene un corazón escultórico.

Un corazón tendido al sol

En “El patio del tiempo” destacan gavetas seriadas llenas de todo lo inimaginable. Una huella sobre el lodo refleja la humanidad. La obra“Timbí de emociones”, perfilada por tiras incrustadas sobre una tela, presenta una naturaleza similar.

El patio del tiempo

Hay obras que son instalaciones en sí mismas, como “La permanencia de las pequeñas cosas”, formadas por acumulaciones de cuadros rectangulares y planos de colores superpuestos que van desde los marrones hasta el bermellón y el dorado. Pululan figuras geométricas horadadas en la tela, a veces en superficies acartonadas, ventanas que invitan al espectador a tocar y abrir. En ellas se pueden encontrar espirales y estrellas simbólicas que remiten a posibles génesis y cosmologías, no solo judeocristianas, sino también de otras religiones y herejías orientalistas.

La permanencia de las pequeñas cosas

A menudo, los marcos no enmarcan nada. Esto es evidente en la obra titulada “El metro cuadrado de la intuición”, en la que el recuadro, mucho más amplio, sirve para sujetar no solo la propuesta pictórica sobre cartón, sino también los libros perforados que hay delante y detrás del entramado. En esta ocasión, el marco también delimita un vacío que puede ser un útero que, paradójicamente, como los hoyos negros galácticos, contiene el germen de la restauración del universo.

El metro cuadrado de necesidad

Cada cuadro está lleno de detalles que incitan a formular preguntas cuya respuesta es difícil o imposible. Si algo abruma en la exposición es esa persistencia cromática terrosa que tortuosamente aspira a lo monocromático.

En definitiva, la exposición Invisible contiene un universo abigarrado, saturado y neobarroco. Ha supuesto muchos riesgos, tanto conceptuales como de realización. Sus propuestas, logradas y maduras, son testimonio de la notable evolución de la destacada artista santiaguera.



Nota
Esta exposición estará abierta al público hasta el final del 2024, en el Palacio Consistorial, Dirección de Cultura de Santiago de los Caballeros.

domingo, 10 de noviembre de 2024

De Babel a Santiago: el arte de antologar poesía en una multitud de lenguas

Ana Svethania Gómez
Diseñadora de la Antología "Livin Voices / Voces Vivas/ Voix Vives"

Por Ana Svethania Gómes


El trabajo editorial consiste en aterrizar las ideas, no siempre claras, de un autor. Además, debe mediar entre las rigideces de los correctores de estilo que aspiran a textos perfectos, pero según sus propias expectativas, que no tienen por qué coincidir con las de la lengua, que siempre es más natural y maleable. Al mismo tiempo, hay que cumplir plazos imposibles, impuestos por las editoriales o, en muchos casos, por las caprichosas exigencias de autores que siempre entregan tarde trabajos que luego remiten muchas veces como definitivos.

Ana Svethania Gómez diserta en la Feria Internacional del libro Santo Domingo 2024

Lo más difícil es, pues, saber qué es lo que se quiere antes de empezar. Como podrán imaginar, en un proyecto sin precedentes como lo fue la primera versión del Festival del Día Internacional de la Poesía, lo menos que se sabía era adónde iba a parar aquello. Por suerte, la idea de compilar y registrar en un libro la experiencia de más de cuatrocientos poetas de todas partes del mundo y de distintas lenguas fue un subproducto. Resultó de la extraordinaria acogida que tuvo el evento y de la ilusión con la que quedaron tanto los organizadores como los participantes.

Lo primero fue contactar con los poetas que participaron en la jornada de 24 horas de lecturas corridas. No tuvimos la previsión de solicitar los poemas por escrito, las fotografías ni los datos biográficos. Y luego, al solicitarlos, cometimos el error de recibirlos a través de Wetransfer, una excelente plataforma, pero con periodo de recuperación de solo una semana. Como el proceso editorial llevó tres meses, cuando fuimos a procurar esos archivos ya no estaban. Así que tuvimos que contactar con los autores para que los reenviaran.

Dado el inusual volumen de poetas que teníamos que compilar, creamos carpetas por países y, luego, por poetas para almacenar los archivos recibidos. Trabajamos con una hoja de Excel en la que organizamos a los poetas por el primer nombre, que fue el criterio que utilizamos para el índice. El problema es que, como los poetas nos los enviaron en fechas diferentes y, además del correo del festival, también nos los enviaron personalmente a nuestros correos, fue un reto mantener actualizada esta lista para que no se quedara nadie fuera. Lo cual milagrosamente logramos, salvo por un par de poetas, porque siempre hay una excepción a la regla.

Fueron arduos meses de contactos para que enviaran poemas cortos, pero suficientes, para llenar un máximo de dos páginas. Con los poetas cuyas lenguas eran los idiomas oficiales, es decir, el español, el inglés y el francés, fue relativamente fácil, aunque debimos insistir en el número de palabras, que en muchas ocasiones excedían el espacio disponible. Aceptamos poemas en cualquiera de las lenguas nativas, pero insistíamos en estos casos en que los acompañaran con una traducción a los idiomas oficiales ya mencionados.

José Mármol, introduce el coloquio "De Babel a Santiago"


Nos encontramos con una dificultad inesperada a la hora de conseguir fotos de calidad razonable de los poetas. Imágenes de muy baja resolución, mal encuadradas, formatos ilegibles o de desconocidos, hicieron que tuviésemos que interactuar más de lo razonable, teniendo en cuenta que muchos de los participantes residían en países con un nivel tecnológico incipiente, en los que incluso podían escasear los teléfonos móviles con cámaras adecuadas. Todo ello, al margen de que, en algunos casos, las situaciones económicas y políticas impedían incluso gestionar una fotografía adecuada.

Este simple aspecto hizo que tuviésemos que dedicar muchas horas a retocar en Photoshop muchas de las imágenes recibidas para que tuviesen un nivel visual aceptable.  No, no hicimos que nadie pareciera más guapo. Quienes aspiraban a una imagen seductora o artística recurrieron a fotógrafos profesionales, como mis tres compañeros de coloquios aquí presentes.

Unificar y estandarizar los datos de los autores fue todo un reto. Les pedimos un currículo breve, de un máximo de 65 palabras, para colocar debajo de las fotos. Fuimos unos ilusos. Pocos enviaron hojas de vida cortas. Por el contrario, lo habitual fue recibir varias páginas con un currículo detallado que incluía estudios, instituciones relacionadas, obras publicadas, títulos de ponencias y ensayos humanísticos y científicos, participaciones en eventos, premios y menciones recibidas. En fin, que Rei Berroa tuvo que dedicarse a resumir aquellos currículos, con el temor de que algún autor se enfadara por no haber incluido algún dato que considerara imprescindible.

Elegir el formato adecuado que cumpliera con los requisitos de bueno, barato y bonito fue un ejercicio agotador. No lo logramos con los ejemplares impresos. Previendo esto, desde el principio, establecimos que las versiones principales serían digitales, por lo cual generamos las artes finales en PDF y en otros formatos que compartimos de manera gratuita. Para los volúmenes impresos, empezamos con un formato de 6 x 4 que nos garantizaba un costo unitario de alrededor de 400 pesos. Sin embargo, por exigencia del material (fotos, currículos y poemas), tuvimos que evaluar otras posibilidades que fueron aumentando paulatinamente el costo de producción del libro de forma exponencial. Al encontrar el tamaño ideal desde el punto de vista estético y también práctico, llegamos a las dimensiones de 10x10 pulgadas, que nos costaron 1600 pesos por ejemplar, pues nos decidimos por una edición de lujo, a todo color, con hojas satinadas. Un libro precioso. Los primeros 20 ejemplares se imprimieron por ese precio. Sin embargo, cuando conseguimos que nos financiaran 50 ejemplares más, la impresora nos dijo que hubo un error en la cotización anterior y que, al ser impresión digital en ese tamaño peculiar, cada libro costaría tres veces más. En fin, esa es la explicación por la cual no se imprimieron más ejemplares.



Esta es la parte que justifica la referencia a Babel en el título de mi participación. Al incorporar textos en lenguas como el mandarín, el hindi y el árabe, entre otras muchas que recibimos desde Oriente y África, me encontré con la dificultad de que las plataformas de diseño de productos de Adobe, especialmente InDesign e Illustrator, en la versión que tengo, no ofrecían soporte para muchos de los caracteres. Por eso, tuvimos que utilizar otros manejadores de textos e imágenes; en este caso, nos ayudó mucho Microsoft Office, que sí disponía de las fuentes de letras adecuadas.  Los poemas los generamos en estas lenguas en formato PDF y luego los incorporamos como imágenes en InDesign, donde estábamos realizando la diagramación y los artes de impresión.


Elegir un motivo gráfico integrador para la portada fue otro reto. Una vez elegido el título, Living Voices / Voces Vivas / Voix Vives, me correspondió diseñar un concepto visual para la portada y la contraportada que abarcara la globalidad, el planeta, y que también hiciera un guiño a la República Dominicana, ya que la idea de este hito entre los festivales poéticos del mundo se generó aquí. Por eso integré la estatua de Fray Antón de Montesino, quien aparece clamando justicia, con un mapamundi siluetado en diferentes gamas de azules.

El esfuerzo de elaborar una antología poética de una veintena de poetas, bien cuidada y con buena factura, es ya un reto ciclópeo. Cuando se trata de una antología de varios centenares de poetas, en textos escritos en una veintena de lenguas, ilustrada, fue sencillamente un atrevimiento. Afortunadamente, como ustedes pueden apreciar, no morimos en el intento.





lunes, 4 de noviembre de 2024

Coloquio: “Poesía sin fronteras, en el Festival del Día Mundial de la Poesía”




XXVI FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO SANTO DOMINGO 2024

Coloquio: “Poesía sin fronteras, Festival del Día Mundial de la Poesía”.


 Expositores: 

“Poesía del mundo” (Rei Berroa);

“Literatura sin fronteras” (Fernando Cabrera);

“De Babel a Santiago: el arte de antologar poesía en multitud de lenguas” (Ana Svethania Gómez).

 Moderador: José Mármol.

 

Viernes 8 de noviembre, 5:00 p. m.

Pabellón de Animación a la Lectura y la Escritura (auditorio del Museo de Historia Natural).


sábado, 26 de octubre de 2024

¿Qué ganaremos y qué perderemos cediendo millas de nuestro mar a Países Bajos?

Frontera maritima entre Dominicana y Países Bajos

 Por Fernando Cabrera

 

Desconozco los detalles de los aspectos políticos y jurídicos relacionados con las fronteras marítimas entre países, pero sé que la riqueza de un país insular también está en su mar.

Nuestra Constitución es clara sobre la preservación de los límites de nuestro territorio. En una de sus cláusulas pétreas, el artículo 9 establece que el territorio del país es inalienable. Este artículo indica que el territorio nacional está compuesto por: la parte oriental de la isla de Santo Domingo y sus islas adyacentes, así como por los elementos naturales de su geomorfología marina. Para reflexionar sobre el tema en cuestión, resulta interesante la especificación de que el territorio nacional también incluye el mar territorial, el suelo y el subsuelo submarinos, y el espacio aéreo sobre ellos. Estos límites, al menos los terrestres, fueron fijados en el Tratado Fronterizo de 1929 y su Protocolo de Revisión de 1936.

Salvo por el «complejo de Guacanagarix», término que designa la mentalidad de quienes consideran todo lo extranjero como superior a lo local, que exagera el valor de todo lo externo y devalúa lo interno, o bien por intereses poco santos, enajenar riquezas de nuestra república carece de toda lógica. No somos Chacumbele, que por un error grave prefiere suicidarse, y ni por asomo nos gusta el negocio que Trujillo le propuso a un señor de pagarle un peso por cada perro castrado, que este por temor al sanguinario tirano asumió, pasando la responsabilidad a otro al que le pagó el doble, en un acuerdo económico en el que a todas luces fue en detrimento de su propia persona. De ahí que, espero, a tiempo levante la voz al cielo para que se den a conocer en detalle al país esta «generosa» iniciativa, de modo que se pueda validar y aprobar, si aplica, cualquier intento de enajenación de su patrimonio territorial. Ningún funcionario tiene autoridad para hacerlo motu propio.

Existen 44 países en el mundo que no tienen salida al mar, pero que matarían por conseguirla. Así, tenemos el caso de Bolivia, que mantiene una disputa con Chile y Perú por un pequeño trozo de mar. En total, hay 15 naciones sin litoral en Europa: Andorra, Austria, Bielorrusia, Ciudad del Vaticano, Eslovaquia, Hungría, Kosovo, Liechtenstein, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Moldavia, República Checa, San Marino, Serbia y Suiza. Por cierto, ¿cuánto pagaría Suiza por un acceso marítimo propio en el Caribe? En ese mismo sentido, vale la pena destacar que Rusia, más allá de los sueños hegemónicos de resucitar la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, invadió y mantiene en jaque a Ucrania por Crimea y sus litorales, que no se congelan nunca.

En cambio, los Países Bajos sí que saben de mar. Se encuentra a orillas del mar del Norte, entre Alemania y Bélgica. El nombre del país viene del vocablo "Nederlanden" que significa “tierras bajas”, ya que se encuentra parcialmente por debajo del nivel del mar. Viven del mar, aunque siempre están amenazados por él. Para mantenerse a flote, cuentan con un sistema de diques, bombas, dunas y canales que controlan el nivel del agua y ajustan extrayendo el agua del terreno hacia canales y ríos.  En el Caribe, cuentan con las Antillas Holandesas, un conjunto de islas formado por Curaçao, Bonaire, Saba, San Eustaquio y Saint Martin. Sin entrar en consideraciones de que pudiera tratarse de neocolonialismo europeo, lo cierto es que ellos saben el incalculable valor que tiene el mar, y no los culpo por querer más.

Por lo pronto, lo que nos incumbe a los dominicanos es no perdernos en un juego de tronos. Nadie da algo valioso a cambio de nada. Las millas náuticas en cuestión, incluso sin el gas o el petróleo que puedan tener, si pertenecen a la República Dominicana no deben cederse a Holanda ni a nadie. Al menos no sin plebiscito, referéndum, audiencias públicas y sin la voluntad de nuestros ciudadanos.

En definitiva, sabemos, intuimos, lo que estamos perdiendo: nuestros pescadores, barcos mercantes, yates, fragatas militares y los amantes del mar criollos no podrán explotar ni disfrutar, sin visados ni permisos especiales, de esas millas en las que ahora podemos navegar como Pedro por su casa. ¿Pero pueden explicar los firmantes qué ganamos los dominicanos con esto?

miércoles, 23 de octubre de 2024

Nombran "Nurys Reynoso" a nuevo centro educativo público

Nurys Renoso, mi hermana
 
Por Fernando Cabrera


Mi hermana, como siempre hacen las mariposas, voló demasiado pronto. Nació el 2 de noviembre de 1966 en la ciudad de Santiago de los Caballeros y falleció en la paz del Señor a la edad de 51 años, en la misma ciudad, el 13 de julio de 2017. Era hija de Ana Antonia Cabrera Jiminian y Perfecto Zacarías Reynoso (Octavio). La recordamos sus hermanos Fernando, Nilsa, Elvis y Rubén, así como una decena de sobrinos a los que quiso como hijos.

Invitación inauguración Centro Nurys Reynoso

Durante la educación primaria, en el colegio San Rafael, ya se vislumbraba su incipiente vocación magisterial, pues se dedicaba a instruir a sus compañeros y a ayudarles con sus tareas. Tras finalizar con éxito sus estudios secundarios en el Liceo México (Plan de Reforma), se inscribió en la carrera de Farmacia de la entonces Universidad Católica Madre y Maestra, hoy Pontificia. Sin embargo, a medida que avanzaba en los estudios del área médica, comprendió que su verdadera vocación eran los niños, por lo que realizó un cambio fructífero en su vida al optar por estudiar Educación en la Universidad Nacional Evangélica, donde se licenció en 1999.

Siempre en busca de la calidad educativa, recibió múltiples premios por su notable desempeño docente, calidad profesional y humana, en los diferentes centros en los que trabajó. El primero lo recibió en 1993 en el colegio El Ángel y luego también en 1996. En 1999 ingresó en el colegio San Juan Bautista y ese mismo año recibió una placa a la «Excelencia en la labor docente», reconocimiento que también le fue otorgado durante los años consecutivos, desde 2000 hasta 2004. En 2011, recibió el reconocimiento al Mérito Magisterial por parte del Ministerio de Educación, Distrito Educativo 80-04. Durante su labor en este centro, contribuyó a la alfabetización de decenas de jóvenes que hoy son profesionales y personalidades exitosas. Colaboró, además, con la capacitación de sus propios compañeros docentes en talleres que ofreció sobre didáctica de la enseñanza. En este colegio también fue coordinadora docente.

Con visión de futuro, comenzó a cursar sus estudios de postgrado en la Universidad Nacional Evangélica en el año 2003, donde recibió el título de Maestría en Educación, mención en metodología de las ciencias didácticas. Posteriormente, también cursó una maestría en estudios superiores. Asimismo, en 2008, obtuvo la certificación de «Formador de formadores de formación profesional» impartida por el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), con el que comenzó una carrera en la formación profesional de normas técnicas de competencia laboral.

En 2008 participó en el concurso de oposición para centros educativos públicos de dirección, obteniendo la nominación para el centro educativo Ana Recio Zapata (Rafey Nocturno). Otros centros en los que trabajó fueron: Colegio Santa Martha, Escuela Jacagua Abajo, Liceo Nocturno Ricardo A. Tejada, Escuela Unidos de las manos y Universidad de la Tercera Edad (UTE). Hasta su dolorosa e inesperada partida, su labor en la dirección brindó gratas satisfacciones, como la contribución a la formación de centenares de jóvenes y adultos que, por diversas razones habían perdido el amor y la fe en los estudios.

Para complementar sus estudios y darle apoyo y motivación a nuestro hermano menor, Rubén, se inscribió con él en la licenciatura en Derecho en la Universidad de la Tercera Edad, y ambos se graduaron en 2016. Ella fue reconocida en esa ocasión con el honor Cum Laude por su extraordinario desempeño.

Por su entusiasta entrega como ciudadana, maestra y, especialmente, como amorosa hija y hermana, mediando con su amplia sonrisa en todas las tormentas, su ida a la luz, en donde está con nuestra madre y nuestro padre, dejó una profunda e imborrable huella que aún, a casi siete años, no hemos podido superar. Ella vive en nuestros corazones, especialmente en los de sus adorados sobrinos, y en el afecto de muchos de ustedes.

Nuestra familia Reynoso Cabrera agradece al Ministerio de Educación, a sus colegas y compañeros de trabajo el alto reconocimiento que hoy confieren a su memoria, al nombrar “Nurys Reynoso” un centro educativo público, ubicado en Monte Rico, Santiago de los Caballeros. Nos faltan palabras para expresar nuestra gratitud. 


domingo, 21 de julio de 2024

José Parra y sus cenizas, partículas o microcosmos cromáticos

 


Por Fernando Cabrera 

No conocía a José Parra, pintor nacido en Tenares, provincia Hermanas Mirabal, pero de corazón santiaguero, mejor dicho, tamborileño. Tampoco sabía de su prolífica trayectoria. Mi primer contacto con él fue en el contexto del Festival Internacional Arte Vivo, durante la jornada Letras para la primavera, cuando me pidió que le tomara una foto con Monseñor Freddy Bretón. Luego, con una sonrisa franca, me invitó a su taller, su casita azul.  

Obviamente, antes de escribir este breve artículo, he documentado su impronta de colores y formas que se remonta a finales de los años setenta, acercándose al medio siglo de creación artística. De entrada, llama la atención los riesgos, errores y aciertos, presentes en su obra, fruto de una formación que ha prescindido, quizá involuntariamente, de academias, pero no de la historia del arte, cuyo contacto se evidencia en apropiaciones y experimentaciones de una diversidad delirante.

En sus primeras obras, Parra abordó composiciones florales, bodegones, retratos populares y estampas religiosas, a la manera de Yoryi Morel y la Escuela Pictórica de Santiago. Pronto, sin embargo, su arte se orientó hacia la conceptualización geométrica (círculos, rectángulos, cuadrados, óvalos, etc.) y la pincelada plana, a la manera de HIlma af Clint, Wassily Kandinsky, Pablo Picasso y Joan Miró.

En su más reciente exposición seriada titulada «Ave Fénix», que se exhibe del 4 de julio al 21 de septiembre en el Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA, su pintura ha evolucionado hacia dimensiones abstractas y conceptuales. Como en versiones anteriores, las obras incluidas en «Ave Fénix V» testimonian el encuentro del pintor con la muerte en el contexto de la pandemia, del virus Covid que mantuvo en vilo al mundo durante dos años.

Ahora, José Parra busca significados trascendentes y espirituales a través del goteo o «dripping» a la manera de Jackson Pollock, y el abandono absoluto de la pincelada lineal, convocando la tropicalidad a borbotones, a partir de una paleta en la que destacan los azules, rojos y amarillos primarios, que pronto degeneran en violetas y marrones puros o matizados de blanco. Las diluciones y abstracciones expuestas se combinan y estallan, tal vez para celebrar la salud y la vida recobradas. Pues, aunque destrozado, o mejor: hecho cenizas, el pintor valora el milagro de la recuperación del aliento vital. Regresa, como Lázaro, con una sensibilidad impregnada de fe y gratitud, con la imperiosa necesidad de plasmar vívidamente su casi postrera experiencia.


Dos aspectos me han sorprendido al contemplar estas pinturas de José Parra: uno, la atomización de sus propuestas, que van desde miniaturas de pocos centímetros, hasta exploraciones tipo mosaico, es decir, de medidas laterales o diámetros de apenas una docena de pulgadas. Sus obras, por esta proximidad al “sketch”, al boceto, podría encontrar resistencia para ser justipreciadas. Los pequeños formatos que propone el artista pueden resultar atractivos para las ventas rápidas, pero levantan sospechas de lasitud o banalidad a ojos de galeristas, curadores y críticos establecidos. 


Y dos, su ingenua pulcritud técnica y temática, su arduas acciones y actitudes creativas, propias de un atelier o taller convencional, le alejan del afamado o infame «estilo contemporáneo». Sin ruborizarse, Parra, parece aceptar que es un vanguardista rezagado, claro deudor de transgresiones que cien años después ya se han convertido en tradición, pues se aferra a la anticuada exploración de materiales y técnicas pictóricas, en definitiva, a prácticas ajenas a los gestos improvisados, caóticos y oportunistas en boga.


Decenas de obras sin títulos realizadas sobre pequeños lienzos, soportes de cartón o papel intervenidos con técnicas mixtas, delinean llamas multicolores, fuegos eternos, alas transparentes de mariposas, agua, maná o magna; en definitiva, cielos e infiernos, en un pandemónium de color sobre color. Parra con frecuencia opta por abandonar voluntariamente la línea, el contorno, dejando que las diluidas pinturas fluyan libremente como en un caleidoscopio, apenas encauzadas por su propio volumen. Esta fecundidad imaginativa parece nacer de la certeza humana del destino inexorable de todo lo viviente, expresada por Rubén Darío en «Lo fatal», uno de sus mejores poemas, y en el que destaca el verso «del espanto seguro de estar mañana muerto». Luce que la agonía provocada por la pandemia despertó su pasión por plasmar la vida.


A José Parra le sobran oficio y tenacidad. Merece la pena ver Ave Fénix, serie expositiva de su madurez, que acaso recoge sus aportaciones más personales y significativas.


domingo, 7 de julio de 2024

Doscientos años de la invención de la fotografía

Izqierda: 1826"Punto de vista desde la ventana de Le Gras", Joseph Niépce. Derecha, 1838, "Boulevard du Temple" Louis Daguerre
 

Por Fernando Cabrera

A los humanos nos gusta registrar nuestra presencia, captar la realidad, la vida, en imágenes imperecederas. No sólo nos interesa la percepción individual de lo que somos y de lo que nos sucede como individuos, también como sociedad e incluso especie. El interés siempre ha sido el mismo, representarnos. Pero, nuestra forma de auto representación cambia según las circunstancias, los contextos culturales, sociales, históricos y científicos. En cada época desarrollamos técnicas novedosas de preservar esas versiones de nosotros, de preservar la memoria.

Durante milenios, el dibujo y la pintura fueron las extensiones predilectas de nuestros ojos, los métodos ideales e indispensables de significación visual. Nuestros antepasados utilizaban trazos naturales y tintes sobre las paredes para marcar aspiraciones espirituales, estéticas y también pragmáticas, como aquellos jeroglíficos destinados a influir, con una especie de magia premonitoria, en el resultado de la caza.  

Nuestros ancestros imaginaban divinidades, y luego, con intuiciones fundaban religiones a través de las cuales aspiraban trascender a su vez, como imágenes justas de los dioses inventados. De ahí, en consecuencia, sólo tuvieron que dar un paso para enamorarse de sí mismos, de su simple reflejo; cual nos cuenta el poeta Ovidio, en el año 43 a. C, en su poema Metamorfosis, en el que el irresistible mozalbete Narciso se encontró a sí mismo en las aguas del río Cefiso.

Pronto serán dos siglos desde la invención de la cámara fotográfica. Poco tiempo, en realidad; pero sí muchas las historias e influencias derivadas de aquella imagen de 1826 conocida como "Punto de vista desde la ventana de Le Gras", tomada por el francés Joseph Nicéphore Niépce. Para esta primigenia fotografía se utilizó un sistema de cámara oscura y una placa recubierta de betún como material fotosensible. Del mismo modo, en 1838, su compatriota Louis Daguerre, tomó la fotografía que muestra a una persona en el Boulevard du Temple. Daguerre utilizó una exposición de unos 10 minutos en la que, además del paisaje, captó el cielo y la figura de un hombre que se había detenido a limpiar sus zapatos.

Lo cierto es que este producto de la inteligencia y la tecnología, de forma impensable puso en la picota el oficio de los artistas visuales tradicionales, obligándoles a evolucionar y, de paso, posibilitó la aparición de dos nuevas artes: la séptima, el cine y, la que me atrevo a vaticinar como octava arte: los videojuegos. En estos juegos electrónicos, a las imágenes en movimiento, sus creadores han añadido el cambio radical de rol de los diletantes, los cuales pasaron de ser simples espectadores a jugadores, es decir, evolucionaron a personajes en interacción y dinámica simultánea en tiempo real con presencia alrededor del mundo.

En efecto, cuando apareció la cámara fotográfica, los artistas miméticos, aquellos que creaban sus imágenes observando y copiando la naturaleza como modelo, sintieron incertidumbre. Les inquietaba el hecho de que la cámara pudiera representar la realidad con mayor fidelidad y de forma casi instantánea. Pensaron que su arte había llegado a su fin, pero nada menos cierto.

El mero hecho de que una herramienta simplificara un proceso en gran medida artesanal, que antes requería mucho tiempo y esfuerzo, se convirtió en un poderoso estímulo para que estos artistas y pintores decimonónicos, y más aún los del siglo XX, interiorizaran sus románticas aspiraciones de libertad emocional y expresiva, y las transformaran en manifestaciones originales, es decir, emprendieran búsquedas personales, visiones inéditas apenas intuidas, las que conformaron las vanguardias disruptivas, los "ismos" desacralizadores, a saber: Impresionismo, Expresionismo, Fauvismo, Futurismo, Dadaísmo, Cubismo, Constructivismo, Ultraísmo, Surrealismo, Suprematismo, etcétera.

Así, de la vocación clásica de de crear fielmente, miméticamente, las formas y los colores, una pléyade de creadores irreverentes evolucionaron, empujados por la cámara fotográfica, hacia planos de connotación, sugerencia, conceptualizaciones y abstracciones; hacia un manejo de la luz a través de pinceladas puntuales, fragmentadas. Sin embargo, la influencia fue también en sentido contrario. Pues, el emergente oficio fotográfico heredó de las artes plásticas tradicionales, a la hora de captar una imagen, el conocimiento acumulado acerca de los elementos fundamentales de la composición artística como son: el trazado, especialmente las líneas de irradiación; los elementos geométricos en los que destaca la perspectiva, la regla de los tercios para crear puntos de atención, la proporción áurea o espiral de Fibonacci, la teoría del color, la textura, etc.

En fin que, después de casi doscientos años, este artilugio mecánico, ahora digital, de representación mimética, en manos y ojos sensibles de oficiantes rebeldes, ya también permite, como las artes visuales tradicionales, perseguir con éxito la aspiración estética de captar el alma de las cosas.

 


lunes, 4 de marzo de 2024

Enhorabuena al Banco Popular Dominicano, en si 60 aniversario


El Festival Internacional Arte Vivo y Casa de Arte, Inc. felicitan a uno de nuestros principales patrocinadores, el Banco Popular Dominicano, por la celebración de su 60 aniversario, precisamente en la ciudad de su fundación, Santiago de los Caballeros. El eslogan original de su campaña publicitaria, el "Banco de las Ideas", es muy apropiado, ya que en sus seis décadas ha demostrado una visión amplia y solidaria apoyando todas las iniciativas progresistas dirigidas a mejorar la calidad de vida de los dominicanos. Nos dio mucho gusto ver, en el evento celerado en el @centroleon, la actuación de Sandy Gabriel, uno de los duendes de Arte Vivo, junto a la talentosa Techy Fatule, comunicando el mensaje motivacional "Cuando tus ideas se cumplen" de la nueva campaña institucional del banco originado por santiagueros visionarios. Enhorabuena y gracias por acompañarnos desde 1987.

@popularenlinea #artevivo

domingo, 3 de marzo de 2024

Eliminar financiamiento público a Partidos Políticos?

Pensando en la infinidad de partidos que sin méritos se benefician del Erarario dominicano, me parece interesante la medida tamada por Javier Milei, presidente argentino, de eliminar la financiación pública de los partidos políticos. En Argentina, a partir de ahora, cada partido político debe financiarse con aportaciones voluntarias de donantes o afiliados políticos. 

Invito a leer esta reflexión sobre este y otros tópicos relacionados, originalmente publicada el 20/07/2022 en el digital Acento.


Frente a la crisis de representación en nuestra democracia: candidatos independientes

Es tiempo de que los ciudadanos dominicanos empecemos a empoderamiento  para alcanzar nuestro propio sueño, propiciando condiciones que garanticen que el erario deje de ser un botín y el Congreso un bestiario.



Los ciudadanos no se ven reflejados en los políticos y partidos tradicionales que, carentes de ideología y compromiso social, realizan, indiscriminadamente, prácticas clientelares para conseguir o mantenerse en el poder. Pocos ya aceptan de buen grado consignas inspiradas en el servicio al "partido" o "a los míos” para después servir al país. En una real democracia, como la que aspiramos, un bien particular no puede estar por encima del bien común. Es hora de escoger para el servicio público a ciudadanos que sean "uno entre muchos", sin liderazgos heredados ni comprados, que, sobre el interés pecuniario, destaquen por sus valores y capacidades profesionales vinculadas a la defensa de derechos, que muestren un historial de acciones tangibles a favor de sus comunidades. Todas las crisis nos obligan a pensar fuera de la caja, y eso es lo que propongo hacer a continuación.

En aras de un libre ejercicio de la democracia representativa, la ley electoral dominicana debiera ser revisada, siempre de acuerdo con el artículo 22 de la Constitución, para que todos los ciudadanos puedan elegir y ser elegidos en igualdad de condiciones. Me atrevo a proponer la incorporación de la figura del “candidato independiente” para todos los cargos políticos electivos. Pienso que lo ideal sería que todas las candidaturas de ciudadanos, afiliados o no a partidos, se presentaran individualmente, en igualdad de condiciones, con normas que regulen estrictamente los gastos de campaña, que obliguen a un uso de medios publicitarios de manera igualitaria, e incluso que obligue a los organismos electorales a presentar a todos los candidatos en las boletas de votación sin logotipos partidarios.

No, no es un dislate, tampoco una utopía irrealizable. Así, haciendo visible al candidato por sus cualidades y propuestas, sin ventajas estructurales partidistas, se garantizan los derechos de la ciudadanía en países como Inglaterra y Australia. Este esquema permitiría que los ciudadanos con talento y vocación que no pertenecen a la aristocracia partidista ni cuentan con aplastantes recursos (legales o no) se presentasen a las elecciones. También propiciaría, gracias a la diversidad de opciones, una mayor libertad de elección para los votantes. Todo esto señalamientos son coherentes con lo que establece el Artículo 22 de nuestra Constitución al definir los “Derechos de Ciudadanía”, que no están condicionados por una pertenencia a un partido político. Obviamente, acomodar o sanear nuestro sistema electoral de esta manera no resulta atractivo para los partidos políticos tradicionales, pues, aunque no los eliminaría del sistema eleccionario, los hace obsoletos, al convertir en gastos innecesarios los miles de millones de pesos que reciben anualmente del presupuesto nacional para financiar sus actividades proselitistas.

Según el Artículo 22, son derechos de ciudadanas y ciudadanos:

1) Elegir y ser elegibles para los cargos que establece la presente Constitución;

2) Decidir sobre los asuntos que se les propongan mediante referendo;

3) Ejercer el derecho de iniciativa popular, legislativa y municipal, en las condiciones fijadas por esta Constitución y las leyes;

4) Formular peticiones a los poderes públicos para solicitar medidas de interés público y obtener respuesta de las autoridades en el término establecido por las leyes que se dicten al respecto;

5) Denunciar las faltas cometidas por los funcionarios públicos en el desempeño de su cargo.

Creo fervientemente que la habilitación de “candidaturas independientes”, es el mejor camino para que los ciudadanos elijan personas calificadas, íntegras y con verdadera vocación de servicio. Siguiendo el espíritu original del famoso "E pluribus unum" que fundó el sueño de los Estados Unidos de América, nación que siempre tomamos como modelo, pienso que es tiempo de que los ciudadanos dominicanos empecemos a empoderarnos para alcanzar nuestro propio sueño, propiciando condiciones que garanticen que el erario deje de ser un botín y el Congreso un bestiario.

Si al final esta reflexión es solo un sueño, es el de una nación mejor.

#JavierMillei #Democracia #Partidos #Financiamiento