jueves, 10 de septiembre de 2015

LO SIENTO THELMA LEONOR, NO ACEPTO TU RENUNCIA DE LA ESCUELA DE BELLAS ARTES

Thelma Leonor, Fernando Cabrera, Danilo Medina, Oscar Holguin Veras y Johnny Guerrero

El Ministerio de Cultura no ha pegado una en Santiago de los Caballeros. Su dependencia regional por tres años ha sido totalmente inoperante. Sin una política cultural definida y sin una acción programática constatable —salvo uno que otro bien remunerado convite musical folclórico para beneficios de los propios incumbentes— la Dirección o Viceministerio (que ni siquiera su estatus organizacional han podido aclarar) languidece en medio de una ineficiencia fabulosa, arrullada por las brisas y las aguas del Yaque Dormilón.
 
Primero agreden a la Alianza Cibaeña retirándola del presupuesto de las organizaciones sin fines de lucro, luego niegan patrocinio a  Casa de Arte para el Festival de los Artistas, Arte Vivo, Celebración de la Primavera, para realizar una versión plagiada en La Romana; luego obligan a renunciar al reconocido escritor y activista literario Máximo Vega de la Dirección del Centro de la Cultura, interesado Jochy Sánchez, el director provincial, en asumir el control total de este centro. Luego ocurre la cancelación de esta misma posición de la artista, periodista y excelente persona Luisa Rebecca Valentín, la cual se negó a prestarse a manejos financieros pocos claros, en un escándalo que debió tener consecuencias jurídicas. El resultado de estas desacertadas acciones es palpable: la transformación en un elefante blanco, por quiebra absoluta, del otrora glorioso Centro de la Cultura Ercilia Pepín.

Ahora me he enterado con profundo pesar que la excelente artista y gestora cultural Thelma Leonor ha puesto su renuncia de la dirección de la Escuela de Bellas Artes de Santiago de los Caballeros.  Como padre de dos hijos que estudian en dicha institución me siento profundamente preocupado, toda vez que conozco del compromiso, la entereza moral de esta hermosa artistas, admirable gestora y responsable profesional graduada de administración: la cual, con una gestión sumamente eficiente y comprometida, consiguió crear expectativas en personas escépticas como yo, renuentes a utilizar los usualmente deplorables servicios estatales.

Hasta ahora Thelma Leonor es la más relumbrante luz, sino la única, en el escenario cultural gubernamental santiaguero. Por ocho años se ha echado sobre sus hombros una institución quebrada y la ha hecho florecer. Son conocidas sus luchas por habilitar, con apenas algún recurso institucional, las aulas de clase y por crear espacios adicionales dignos; contagioso ha sido su afán por subir el nivel académico de los profesores y comprometerlos hasta crear una dinámica anual de graduaciones y de espectáculos que llena de satisfacción a parientes y relacionados; también ha sido heroica su lucha para evitar que los mismos pordioseros políticos de siempre —en este caso una señora reformista de antaño—, se hiciera con el patrimonio que representa el paradisíaco solar en que se encuentra situada la Escuela de Bellas Artes. La encopetada balaguerista, con un problemático título de tierra, afanó hasta la saciedad para quedarse con casi la mitad del terreno de la escuela, pero fracasó gracias al temple de Thelma que logró concitar la atención pública nacional. Luego ha sido admirable la discreta actitud de responsable apoyo de Thelma a la lucha librada por los padres de alumnos de la Escuela para conseguir mejores condiciones de trabajo para los profesores, los cuales desempeñan su trabajo con dignidad, pese a los salarios ridículos y las pobres condiciones de instrumentos y materiales de las que disponen.

Dado que me consta que tanto a Máximo Vega como a Luisa Rebbeca Valentín, el director regional del Ministerio de Cultura, actuando como espada los puso contra la pared para que renunciaran, no me cabe la menor duda de que está utilizando la misma estrategia con Thelma. El maestro Sánchez piensa, con ingenuidad que de esa forma no sentirá las necesarias consecuencias sociales de su desafortunada gestión.  Es lastimosa la estela de interés de lucro —y no de servicio a la cultura de la región del Cibao— que va quedando.

También me he enterado de las intenciones de crear una especie de negocio de tabaco, ron, música y comida, en uno de los niveles del Monumento a la Restauración de Santiago, para lo cual, según rumores, se ha comenzado con la “renuncia” o cancelación del pintor y gestor Tony Saint Hilaire, quien viene desempeñándose en ese puesto desde hace más de una década. Saint Hilaire tiene el mérito innegable de mantener una imagen pulcra y familiar de este entorno vital para los santiagueros. De ser cierta la intención de explotación comercial de los interiores del Monumento y la “renuncia” de Santiler, las instituciones, los líderes, y el santiaguero común debemos preocuparnos seriamente y empezar a pedir cuentas.

En fin, dado este contexto de intrigas y desaciertos, es natural que yo no crea en la renuncia de Thelma Leonor y, sobre todo, que no la acepte. Thelma Leonor es la funcionaria que ha dado la cara por la cultura de Santiago. Me consta que fue de las personas  que brindo apoyo Danilo Medina antes de ser Presidente de la República, al solidarizarse con los que ingenuamente
organizamos aquel primer encuentro del entonces candidato con las personas ligada a la gestión cultural; evento organizado por Casa de Arte, Ateneo Amantes de la Luz en los centenarios salones de la Alianza Cibaeña, el 9 de diciembre de 2010, y al cual no asistieron ni José Antonio Rodríguez ni Jochy Sánchez, que en esos momentos andaban por otros rumbos.

No creo en la renuncia de Thelma, y tampoco la acepto, porque de hacerlo sé que Santiago estaría perdiendo algo valioso.  Su espíritu indomable, su seriedad a toda prueba, su conocimiento gerencial, su experiencia cultural y su trayectoria sin tacha aliada a los mejores intereses de los estudiantes, los profesores y la Escuela de Bellas Artes, han estado creando mucha roncha y envidia en los burócratas oportunistas.

Insisto, no creo en la renuncia de Thelma Leonor, tampoco la acepto. De ser removida Thelma de la dirección de la Escuela de Bellas Artes, como parece ser la intención oficial, pensaré seriamente en retirar a mis hijos de esta escuela, y estoy seguro que así lo harán los padres que se pusieron en pie de lucha en favor de los profesores.  Espero que los mismos profesores rechacen la intención del Ministro de Cultura y el Director Regional que con esto procuran debilitar su lucha por mejores condiciones laborales.

Pero sobre todo espero que, de acontecer este desacierto y los encumbrados funcionarios hagan efectiva la salida de Thelma Leonor de la Dirección De la Escuela de Bellas Artes de Santiago, los gestores, artistas y relacionados de la Escuela, que la conocen y valoran su gestión, por lo menos ponderen bien su voto en las próximas elecciones presidenciales, congrensuales y municipales, a fin de no beneficiar a aquellos que, en vez de apoyar, perjudican a quienes realizan su trabajo con honestidad y eficiencia.