domingo, 3 de julio de 2011

Johnny Pacheco en Voz Ajena

Lidia Leon, Johnny Pacheco y Fernando Cabrera,
ArteVivo 2004

¡SALSA-FANIA, JOHNNY, DANOS MÁS...![i]



Nada de beat  o  twist, menos de roca rodando, sólo salsa…  Salsa no de Versalles,  salsa no de España,  salsa no de Italia;  salsa latina,  caribe salsa que se prepara cual pregón de madre vieja. He aquí la receta: sobre tres cucharadas de café, dos de azúcar y unas picas de mambo, guarachacha y chachachá, marinadas en cazuela de barro, con habanero son, guagancó, pasión y jazz; para suavizar la pasta, añadir ternura a ritmo de corazón, un poquito de manteca y generoso repique de timbal; poner en baño-María,  acompasados cinquillos y tresillos de tensada piel de chiva parida y chivo cimarrón,  luego, pa’ que se  ponga picante hay que ponerle candela, arenas en sol derretido y ron...  El sabor del manjar está en la salsa: salsa Moré, salsita del origen, Caballero, de Cuba o de la calle Cuba, Johnny, del Santiago primero. Salsa Celia, salsita, criollo fonema, canta’o criollo, que solo se traduce cuando la sensibilidad hace diana en el ritmo: ritmo de voces en rumbón  y tumbao multiplicadas…  La palabra es salsa, salsa de agua-ají y pimienta, salsa de risas arrebatadas; lánguida salsa, salsa sensual, salsa mestiza, salsa mulata, salsa sin par, salsa sangre trascendida;  salsa que a trópico huele; salsa jugosa que las penas colorea de azul mar o azul cielo; emoción de tierra adentro; salsa maná que trasciende el sabor del momento.  Salsa que agria se pone en soledad. ¡Salsa Sanabria, salsa de estrellas, no importa marca,  queremos salsa, Pacheco, danos más!... Salsa de Anaisa y Changó, de misterio a contrapelo, salsa que destila el cuerpo   que aspira otro cuerpo.  Salsa que ensalza a la gracia plena, al dibujo y al mariposeo; necesidad de Atlántico redimida marcando los acordes breves con breves jadeos; salsa para comensales de sonidos y silencios; salsa, golosa danza y contra-danza: gusto justo en el punto de las ganas de hombre y la sensualidad de la dama; almas ebullicientes en el paso  y en el paso y medio, en la argucia del antebrazo al rodear la estrecha cintura, de la mano que reboza en donde la espalda acaba: toma y daca, daca y toma, alucinante salsa que cuanto más placer da, acaba...  ¡La vida es salsa, Salsa-Fania, Johnny, danos más...!







[i] Cabrera, Fernando; "Johnny Pacheco en Voces Ajenas", Edición homenaje Festival ArteVivo 2004, Santiago de los Caballeros, Republica Dominicana.  Referencia en http://diariolibre.com.do/noticias_det.php?id=31017